Los creadores del Tankdrum, una versión muy particular de un instrumento de percusión llamado Hank drum, son un ejemplo ideal de cómo, explorando e investigando podemos modificar la materia y convertir un elemento tan cotidiano como un tanque de gas propano, en un instrumento de música sublime.
En su página web, cuentan cómo llegaron a crear un instrumento cuya sonoridad bien podría servir para inducir un estado de meditación zen:
"Nació cuando dejamos que las frecuencias de resonancia naturales de los tanques de gas propano sonaran mientras sintonizábamos las notas y escalas que utilizamos cuando afinamos un tambor. Nuestro objetivo era aumentar al máximo la interferencia de las notas para aumentar el volumen, la duración y la claridad... la colocación de almohadillas que los rodean son fundamentales para que los ultrasonidos resuenen... también damos a nuestros tanques un tratamiento máximo de calor para templar el acero, lo que da ricos matices y un ambiente armónico (...)".
Más información para escuchar y comprar este instrumento,
en http://www.tankdrum.com/
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