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martes, 18 de febrero de 2014

Cómo meditar un minuto (One moment meditation), de Martin Boroson

A través de este corto vídeo, Boroson muestra cómo sí es posible recuperar la estabilidad y las energías en solo un minuto. La mente tranquiliza el cuerpo o lo altera. A través de una técnica milenaria y sencilla uno puede tomar el control de sus pensamientos y volver al estado de paz natural que habita en el interior de cada ser humano.



domingo, 9 de febrero de 2014

"La conexión cuerpo mente", de Debbie Shapiro.

En la página web de Entremujeres, del periódico El Clarín (Argentina) encontramos una reseña acerca de cómo nuestros pensamientos y las emociones que no logramos gestionar producen dolencias y terminan por enferman nuestros cuerpos. He aquí un fragmento de la reseña que cita apartes del libro:

Hablando del lenguaje psicosomático, Shapiro dice:


"Es un lenguaje de fácil comprensión. Para comenzar, hay que develar cuál es nuestro conflicto interno. Luego, enfrentarnos a él y transformarlo en paz y armonía para lograr que la curación tenga efecto”, afirma la autora. Este es un listado de los problemas y dolores  más frecuentes y sus posibles causas emocionales.


Cabeza. Es nuestro centro de comunicación, el lugar desde donde conectamos con el mundo. Si nos duele, es porque sus arterias se han estrangulado y aceleran el pulso sanguíneo. La sangre transporta nuestros sentimientos (amor, aceptación, ira, odio o rechazo) y a través de las arterias y las venas damos y recibimos amor. El estrangulamiento de las venas de la cabeza suele indicar, por consiguiente, una incapacidad para expresar o recibir esos sentimientos.

Cuello. Es el puente entre la mente y el cuerpo. Un cuello con poca movilidad indica la imposibilidad de ver en todas direcciones: se trata de una visión muy rígida y limitada, que supone obstinacióny una mentalidad estrecha. Puede, también, constituir una reacción a un estrés extremo que nos inculca el deseo de encerrarnos y limitarnos.

Espalda. Es un espacio donde se mezclan símbolos y significados. Ahí es donde dejamos todo lo que no queremos ver o mostrar a los demás: es el lugar en el que enterramos sentimientos y experiencias que nos han causado daño o confusión. Por otra parte, contiene la columna vertebral, el elemento más importante de toda la estructura psicosomática, el pilar que sustenta nuestro ser y sobre el que se asienta el resto del cuerpo. El dolor de espalda indica un deseo de evadirse de algo, de volver la espalda a ello; o bien necesitamos librarnos de “un peso” que cargamos sobre ella.

Alergias. Es una respuesta hiperactiva por parte del sistema inmunológico a un agente externo; esta respuesta se deriva de una causa interna. ¿A qué somos realmente alérgicos? O  ¿ante qué reaccionamos de un modo hiperactivo? ¿Qué origina de verdad esa irritación y la fuerte respuesta emotiva de nuestro organismo? Las alergias tienden a indicar un nivel profundo de temor, un miedo a participar plenamente de la vida o a despojarse de las ayudas para ser autosuficientes. Además… ¿Nos servimos de una alergia para conseguir cariño?"

En, http://entremujeres.clarin.com/vida-sana/bienestar/emocion-enfermedad-psicosomatico_0_401959801.html

miércoles, 4 de diciembre de 2013

La fotografía como terapia II: “Echolilia”, de Timothy y Elijah Archibald

Elijah, el hijo de Timothy, ha sido diagnosticado como autista. Su padre, en un esfuerzo por vencer las barreras del silencio, ese abismo de incomprensión que producía la ausencia de lenguaje verbal, empezó a desarrollar un proyecto fotográfico, "Echolilia". Y así, también, Elijah fue descubriendo que a través de la fotografía podía trabajar con su padre, y su padre con él, una forma de crear vínculos emocionales entre ambos.


Arte y terapia, terapia y arte. Marco Antonio Raya hace un análisis de esta colaboración entre padre e hijo, y del poder que tiene el arte para sanar las heridas.

¿Qué es la terapia? ¿Qué es terapéutico?

Cuando los medios promocionan trabajos como Echolilia se tiende a enfatizar la parte “terapéutica”: el acercamiento, en este caso, de un padre (Timothy, fotógrafo) al autismo diagnosticado de su hijo Elijah (diagnóstico que el propio Archibald pone en duda, a menos en la rigurosidad de la nominación). Pero quizá es una forma de perderse en lo moral, en una especie de alivio porque alguien ha alcanzado algo que el resto no puede. El impacto emocional de las historias de superación, ese lugar común donde van a parar tantos y tantos proyectos que, en realidad, perseguían objetivos más profundos y personales que lo que el espectador recibe de ellos. Quizá, si nos dejamos llevar por el trazo emocional, nos estamos perdiendo un porcentaje fundamental del valor de autenticidad de este proyecto. De manera que la propuesta es entender la terapia (en concreto del “otro”, si hablamos de proyectos a los que asistimos como espectadores) como algo más que un resultado del que estar complacido por simpatía.

Así que, en ese sentido, digamos que todo esfuerzo por establecer comunicación con el otro se trata de arte y, de alguna manera, en relación a un malestar podría establecerse como terapia. Por tanto, sí, hablemos de terapia y arte, pero porque estamos ante un despliegue hermosísimo de un acompañamiento mutuo, de una verdadera pareja artística que utiliza las herramientas para comprender (¿acaso no comprender no es ya un malestar en muchas ocasiones?), regalando al ojeador el espectáculo de sus dinámicas fotográficas.

Comenta el propio Archibald que las imágenes del proyecto son una colaboración con su hijo y que, por tanto, se trata de un reportaje sobre una relación, su relación. Las decisiones se toman en conjunto, las elecciones, los resultados. La realidad se conforma en una nueva narrativa (no en vano, el lema del proyecto es “Sometimes I wonder”) que permite nuevas posiciones en relación al eco de algunas acciones cotidianas, apropiaciones de la identidad, de los objetos, una suerte de puntos de encuentro con aquello que, en ocasiones, es tangencial e incomprensible para ambas partes. Se juega, pues, detener el instante de la repetición para poder asimilarlo. En un mundo-arteria de movimiento incesante, la fotografía vuelve a demostrar su capacidad de reclamar el espacio y el tiempo.

Echolilia, por tanto, es un ejemplo de lo que podría ser un movimiento multiversal de pareceres, una ramificación tras otra de distintas entradas perceptuales: consideraciones sobre la misma vida que parten de diferente posición (¿acaso no siempre lo hacen?) y se encuentran a través del ojo túnel-espectador de la fotografía.
Texto tomado de http://palabradegolem.wordpress.com/2013/04/25/echolilia/

jueves, 24 de octubre de 2013